ELLSWORTH KELLY: TODO ME PERTENECÍA
11 OCT 2016
“El arte desde el Renacimiento está, en su conjunto, demasiado centrado en el hombre. Me gustaba el carácter del objeto. Me atraía una pirámide egipcia, un jarrón Sung, una iglesia románica. Las formas encontradas en la bóveda de una catedral o incluso una mancha de alquitrán en la carretera me aportaba más y parecían una experiencia más válida y voluptuosa que cualquier pintura geométrica o gestual.
En vez de hacer un cuadro- interpretación de una cosa vista o imagen de un contenido inventado- encontraba un objeto y lo presentaba tal y como es el mismo. Mi primer objeto fue Fénetre, Musee dárt Moderne, Paris, realizado en 1949.
Despues de haber realizado Fenétre con dos telas y un marco de madera, me di cuenta de que, a partir de ese momento, la pintura tal como la había conocido había terminado para mí. En el futuro, la obra tendrían que ser objetos, sin firma, anónimos.
Por donde mirara, todo lo que veía se convertía en algo a realizar; todo debía ser exactamente lo que era, sin nada superfluo. Era un nueva libertad. Ya no tenía que componer. El tema estaba ya ahí, hecho. y todo era materia. Todo me pertenecía: la vidriera de una fábrica con sus paneles rotos y despedazados, las lineas de un mapa de carreteras, la esquina de un cuadro de Braque, trozos de papel en la calle... todo era lo mismo, todo era conveniente”.
Ellsworth Kelly.